CARTA DE UN AMIGO EMIGRANTE



Me pide Ernesto opinión, como emigrantes en Inglaterra que somos, sobre qué tendría que cambiar o mejorar para que la gente no tuviera que emigrar, para que vieran un futuro en su país, en su pueblo y sobre lo que nosotros echamos de menos de la Quijorna que dejamos atrás hace ahora casi 2 años.


…Y te paras un rato a pensar, a rebuscar entre recuerdos, sensaciones buenas y malas, lo juntas todo y lo pones en una balanza, y en el otro platillo nuestra vida presente en Inglaterra y el resultado, triste y vergonzoso es que quitando familia y amigos no echamos de menos demasiadas cosas de todo aquello que dejamos al irnos.

Nos puso triste abandonar esa casa que casi construimos nosotros, donde mis hijas vivieron sus primeros años y mis familiares pasaron tantos días soleados de vacaciones con buena comida, cerveza y tranquilidad.

Allá dejamos la compañía del arroyo que pateamos tantas veces, siguiendo el curso del agua (cuando la llevaba), la carretera serpenteante a Navalagamella y Villanueva de la Cañada y los caminos de tierra cercanos, que guardaban pequeños tesoros en forma de presas, molinos de agua, corujas, ajetes y trigueros. 

Las visitas al cerro Andrinal, con la asociación, en tropel, y las reuniones donde a golpe de tapa, chiste y botellín organizábamos y arreglábamos los desmanes mundiales y municipales.

La lechuza que aparecía de vez en cuando y la camada de zorros que se atrevió a hacer su casa cerca del puente de la alameda y que, como le pasó a la pareja de patos del año anterior, no tuvo ninguna oportunidad de sacar la prole adelante…

Recuerdo esa alameda que conocimos, en la que no se podía ver a través porque los arboles eran tupidos. Allí íbamos a coger setas con el olor del aire otoñal, con las primeras estufas de leña encendidas y los tomates que vendía aquel señor en la puerta de su casa y que terminaban en una ensalada minutos después. 

¿Cómo uno no va a echar de menos todo esto? Eso es lo que me llevo puesto. Eso es lo que quiero recordar y cómo quiero recordar Quijorna, pero la realidad del día a día era otra bien distinta y menos agradable. Por esa razón ahora se debe dar paso a otras personas que, límpias y frescas, con las ideas claras, sin vicios ni obligaciones adquiridas, hagan el trabajo que hace falta hacer.

En resumen, nos fuimos porque:
  • Lo dijo mi mujer (con mucho sentido común). 
  • Quijorna se convirtió en un lugar falto de alegría, deslucido y sucio, con unos servicios municipales caros y deficientes por la falta de personal contratado (especialmente en mantenimiento), con sus vecinos lamentándose continuamente en una espiral infinita de reproches y nadie accesible en el gobierno que les escuchase, atendiese o les diera la oportunidad de que su punto de vista fuera considerado. 
  • Tanto ayuntamiento como oposición habían creado un ambiente enrarecido con posturas encontradas, con un constante cruce de acusaciones, pleitos, quejas y lamentos. 
  • El ayuntamiento impone su parecer en todas las áreas, sin existir la participación ciudadana y en la mayor parte de los casos, con un secretismo absoluto, para que nadie se oponga. 
  • El volumen de la economía local va decreciendo cada año, sin ningún tipo de apoyo por parte del ayuntamiento, ni ninguna idea para dinamizarla, a pesar de las campañas que a nivel particular hacen asociaciones de emprendedores locales. 
  • Nula previsión de ningún tipo de mejora o cambio desde la alcaldía por la ineptitud y completa falta de ideas. 
  • El deterioro del entorno natural, uno de los mejores valores del pueblo de cara al turismo, es lamentable. Un abuso continuado de la alameda para celebrar las fiestas, donde solo queda asfaltar, toda vez que ya se ha echado el herbicida a granel y pasado la máquina de hilo, eliminando toda posibilidad de que nuevos brotes surjan y repueblen lo poco que queda de ella. 
  • ¿Quién compra el herbicida?, ¿cuál es?, ¿por qué tanto? Mientras, el resto de zonas verdes de los alrededores (segunda alameda y parques) corren la misma suerte y abandono.
Votar a un partido de izquierdas no te va a convertir en comunista, ni hacerte gay o hippy, ni siquiera ecologista (tampoco te pasaría nada por ser cualquiera de esas cosas o varias a la vez) pero lo que está claro es que hoy por hoy, esta alternativa es la única en el pueblo que piensa en sus habitantes como personas con derechos y necesidades.

Reflexiona y compara la monotonía y falta de espíritu que has conocido hasta ahora y lo que ofrece su programa, preocupado por la calidad de la educación, el medio ambiente como fuente de progreso y bienestar y como apuesta de futuro, no sólo para dar golpes de efecto previos a unas elecciones.

No votes por lo que te digan o por la influencia de tus familiares o amigos, ni para beneficiar a quién NO te beneficia. El voto es solo tuyo, es tu derecho y tu responsabilidad.

No votes por costumbre. Piensa en el bien de la mayoría y en el tuyo propio y algún día seremos todos mucho mejores, mejor preparados y más ricos, y no porque tengamos más dinero, sino porque lo común será mejor.

Hasta pronto. Esperamos las buenas noticias que seguro nos llegarán desde Quijorna. 

Ojalá aprovechéis esta oportunidad. Un saludo a todos desde Yorkshire.


David Pollán.


Despedida de David y Andrea en la Alameda, en 2013.

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